Antes de que pueda trabajarse, la madera debe respetar un rango de humedad restringido (10% a 14%). Solo una empresa con grandes existencias de madera, y con una gran capacidad de secado, puede garantizar estos parámetros.
La madera en bruto está sujeta a adversidades naturales que provocan grietas o ramas. Una cuidadosa selección evita que estos defectos aparezcan en el producto final. Es necesario buscar y rechazar cualquier tipo de defecto que pueda comprometer la estabilidad y durabilidad del producto.
Estas piezas triangulares, llamadas chassos, evitan que los componentes se despeguen, dando seguridad a la silla y una vida útil de varios años. El sistema de 2 ranuras evita su movimiento y facilita su aplicación.
La espiga es una pieza especial que permite la conexión segura entre dos componentes. Todas nuestras espigas tienen estrías dobles para que el pegamento no se deposite en el fondo del agujero.
Nuestro uso de varias máquinas CNC nos permite garantizar una precisión de centésimas de milímetro. Por lo tanto, siempre podemos asegurarnos de que todas las sillas producidas sean iguales.
Solo con el uso de espumas de alta calidad se puede lograr un acabado homogéneo y cómodo en toda la silla. Los espacios libres deben ser adecuados, ni más ni menos.
Cada una de nuestras sillas es siempre cuidadosamente inspeccionada para detectar posibles imperfecciones. Dependiendo de la gravedad, se pueden corregir en el acto. De esta forma garantizamos que el producto final llegue a su destino según lo previsto.
Nuestra máquina de pruebas lleva cada uno de nuestros modelos al límite, simulando una carga de 100 kg en el asiento y 30 kg en la costa. Se realizan decenas de miles de repeticiones para garantizar que nuestros productos puedan soportar un uso intensivo.
Somos una empresa certificada ISO 9001 desde 2013.